Recomendamos que escuches esta canción antes de leer.

Hablar sobre la muerte es hablar sobre lo que ignoramos. Esta ignorancia puede ser causa de sufrimiento o una puerta al aprendizaje. 

En este blog, exploraremos cómo el acompañamiento en la muerte ofrece una oportunidad única de aprendizaje y conexión humana.



El valor del Acompañamiento en la muerte

El proceso hacia la muerte va disolviendo identidades parciales que hemos desarrollado en la vida para dejar al descubierto la misteriosa y compleja esencia de nuestra condición humana. 

Acompañar a morir es una oportunidad para estar cerca de quien camina hacia su destino apenas antes que nosotros.

Cada caminante es diferente:

  • Su biografía.
  • Su carácter.
  • Sus pensamientos y pesares.
  • Sus sentimientos.
  • Sus dones y talentos.
  • Sus errores y aciertos.
  • Sus temores y fortalezas. 

Es por eso que el acompañamiento más íntimo que necesita quien va muriendo es el de otro ser humano, alguien que se permita también disolver identidades parciales, especialmente las profesiones médicas y terapéuticas, y conecte con el misterio de lo que tienen allí delante.

Comprendiendo el proceso de duelo

Sabemos por experiencia que no solo muere la persona, también muere en cada uno de sus allegados una parte del vínculo. 

El duelo es ese tiempo sagrado que nos permite:

  • Adaptarnos al cambio.
  • Acostumbrarnos a sostener el vínculo con el fallecido más allá del cuerpo material. 

El amor sigue, el dolor también, los asuntos pendientes se pueden trabajar, los procesos abiertos se pueden cerrar.

También sabemos que la muerte de un ser querido es un recordatorio del destino inexorable que nos espera. Solo por estar vivos. 

Y entonces, tal vez, aparezca la gran incógnita: ¿Estoy preparado?


Viviana Bilezker

Aprende a acompañar